¿Es la F1 un circo? La pelea entre Hamilton y Verstappen lo demuestra
La F1 se ha convertido en un auténtico circo y, esta vez, el espectáculo lo protagonizan Lewis Hamilton y Max Verstappen en medio de un dilema que gira alrededor de groserías y un castigo que parece sacado de un reality show. Resulta que el rey de los mil títulos, Hamilton, decidió echarle un ojo a su ex-rival tras enterarse que Verstappen fue multado por decir que su auto estaba “jodido”. En respuesta, el heptacampeón dijo que no le gustaría que Max se sometiera a un “trabajo de interés público”, que parecía más un castigo de abuelita que una sanción de la FIA.
El bochinche comenzó en la rueda de prensa de Singapur, donde Hamilton se mostró sarcástico y enfadado por la sanción aplicada a Max. Dijo que consideraba que todo esto era una broma y que en la Fórmula 1 no se pueden minimizar los errores. Desde su punto de vista, la FIA hace tantas reglas y restricciones que parece una maestra que sólo quiere ver a sus alumnos castigar. Y tiene un punto: si en la F1 no se puede decir “jodido”, ¿qué nos queda? El mundo del automovilismo necesita un poco de picardía, no de más controvertidos protocolos de censura.
Por otro lado, Lando Norris también entró al juego, haciendo comentarios pesados sobre cómo Verstappen merece la sanción por andar hablando como marinero. A pesar de sus bromas, Norris lanzó un mensaje de solidaridad, diciendo que era injusto y que no estaba de acuerdo. ¿Entonces, qué?, ¿es un crimen tener un poco de carácter y decir lo que realmente piensas? Este jipirajo ambiente de regulación y reprimendas le quita sabor al drama inherente de la F1.
Así que aquí va la pregunta candente: ¿Deberían permitir que los pilotos hablen sin filtros o deberían seguir siendo sancionados por su lenguaje? ¿Realmente crees que la FIA debería estar preocupada por el vocabulario de los pilotos y no por el rendimiento en la pista? 🤔💭 La próxima vez que veas a un piloto en conferencia, ten en mente que lo que están diciendo puede ser más interesante de lo que parece, así que ¡sigan gritando y dejando caer esas palabrotas!