La Escalofriante Verdad Detrás de la Victoria de Vettel en 2013
En el glorioso año de 2013, el Gran Premio de Malasia debería haber sido un fiestón para Red Bull, ¡como si te tocara la lotería de la chamba, pero en la F1! Con un resultadazo de uno-dos, el equipo de Milton Keynes se lanzó a la cima de los campeonatos de pilotos y constructores, aventajando a ese viejo zorro de Kimi Räikkönen y su Ferrari. Además, Sebastián Vettel llegó a la misma cantidad de victorias que el legendario Sir Jackie Stewart: 27. ¡Un día que prometía ser épico!
Pero como dice el dicho, “no todo lo que brilla es oro”, y la celebración se convirtió en una bomba de tiempo en ADN de relaciones públicas. Las tácticas de Vettel, más brutales que el último asado que hiciste con tus amigos, revelaron su insaciable hambre de ganar, sacrificando la armonía que había entre él y su compañero de equipo, Mark Webber. ¡Fue como si dos viejos compadres se salieran a trompadas en un bar, mientras el resto veíamos con palomitas en mano!
La vida generalmente se trata de dar y recibir, pero en esta ocasión Vettel decidió que dar una vuelta y tomar la victoria era más importante que la amistad o la estrategia de equipo. Esa victoria, que en papel sonaba a pura gloria, resultó estar más vacía que los frascos de tequila en la fiesta de tu amigo que nunca para de hablar. Así que, ¿realmente vale la pena ganar a cualquier costo en el mundo de la F1? ¿O es mejor mantener una buena relación en el equipo, aun si eso significa sacrificar algunas victorias? 🍻
Y hablando de controversias, ¿fue justo que Vettel rompiera el acuerdo de equipo y siguiera adelante como si nada? ¿O nos gusta más ver un buen drama de rivalidad entre compañeros de escudería?